LAWCARP

Bienvenidos a mi rincón del carpfishing, lugar de rebeldia que tiene como destino mostrar la desconexión absoluta del mundo real. Integrados en la naturaleza de la que formamos parte ( hoy en día parece que nadie se acuerda) reivindico mediante el carpfishing mi lugar en ella. Porque las carpas no mienten ni hacen trampa, no pueden ser sobornadas con el dinero ni impresionadas con el poder y responden únicamente a la humildad, la quietud y la infinita paciencia.







domingo, 19 de junio de 2011

CARPFISHING EN RÍO

Nos encontramos a primeros de junio, momento en el que las carpas muestran bastante actividad después de una larga y dura freza. La temperatura de las aguas se encuentra en ascenso, culminando en los meses veraniegos y ahora deben reponer fuerzas, algo que puede aportarnos alguna sesión de carpfishing gratificante. No debemos olvidar, que hasta el año que viene difícilmente podremos capturar una de esas hembras en celo que nos pueden facilitar el record, gracias a esos kilos de más que les aportan sus huevas.

Localización de los peces
La pesca en río nos ofrece más facilidades a la hora de localizar a las carpas, algo contrario a la pesca de grandes embalses en donde deberemos ayudarnos de sondas y otros elementos que nos ofrezcan datos precisos. Uno de los elementos clave de la pesca en río, son las orillas frondosas de vegetación en las cuales descansan árboles sumergidos y otros que suelen cubrir parte de la superficie del agua, realizando el papel de techumbre o cobijo, en este caso y según la estación en la que nos encontramos,  aportando una buena sombra y esos grados de menos en donde busquen su alimento de forma cómoda y con algo más de actividad.

El segundo factor a destacar, son las pozas o zonas profundas en las que podrán encontrar aguas más tranquilas y con mejores condiciones climáticas, algo que deberemos tener en cuenta en la pesca de invierno para localizarlas. En estas fechas, debemos aprovechar su actividad y consecuentes desplazamientos para cortarlas el paso, siendo una buena estrategia de pesca cubrir los dos márgenes del río, teniendo muy en cuenta las islas y grandes obstáculos por las que sienten predilección.


El cebado en río

Un situación a tener en cuenta, a la hora del cebado en río, es que nuestros cebos serán desplazados por la corriente desde la zona donde los depositemos hasta aguas más abajo. Esta es una cuestión que nos hará reflexionar y decidir en consecuencia, la distancia a la que deberemos situar nuestro cebado, aguas arriba, para que más tarde se sitúe en la zona de pesca escogida por nosotros (todo dependerá del grado de corriente existente).
 
En esta ocasión, parte de los boilies de Robin Red los cortamos por la mitad para facilitar su estancia en el cebadero y así evitar (debido a fu forma esférica) que sean desplazados aguas abajo y fuera de nuestra “zona de acción”. Semillas, como el cañamón, maíz y trigo, jugaron un papel importante como complemento de nuestro cebado ya que se trata de cebos que pueden entretener a las carpas en nuestra zona de pesca. Elaboramos bolas de engodo mezcladas con pequeños trozos de boilies de Robin y Source, algo de semillas y un bote de dip de SOURCE que aportó al engodo un fuerte aroma que sabíamos que jugaría un papel importante. No olvidemos que el engodo es un material que se deshace rápidamente permitiendo atraer a los peces al desprender sus partículas río abajo y esto unido a una buena cantidad de dip les aportó señales suficientes como para localizar nuestros cebaderos desde largas distancias, es decir, que nos permite realizar una pesca rápida.

La sesión de pesca

En esta ocasión fui acompañado por Miguel, que optó por pescar nuestra orilla situando sus bolsas de PVA  cargadas con boilies troceados de THE SOURCE en dos pequeñas islas que tenía a su izquierda. Otra de sus cañas la posicionó en la orilla opuesta, cerca de unos árboles sumergidos que más tarde le dieron muy buenos resultados.

El río bajaba con una corriente óptima para pescarlo y sin demasiadas algas, situación que aproveché para pescar  en la orilla opuesta a unos 120 metros río abajo, en una zona de arboles sumergidos que cebé con boilies de Robin Red, un cebo que fue letal con su mezcla de especies mezclado con componentes algo cárnicos y un toque de picante.
 Los montajes que dieron más peces fueron snowman con un fluro pop-up de Robin Red previamente remojado, algo que facilitaba la visualización del cebo por su color fluro rojo. En esta ocasión no querían sabores dulces y los boilies de Chocolate Malt no los aceptaron bien, pudo deberse a que la fuente principal de alimento natural fuesen los cangrejos y por este movito el boilie de Chocolate Malt nos haya dado mejores resultados en aguas embalsadas o sitios donde son más dulzonas las carpas.




Acompañamos los montajes con mallas y bolsas de PVA, compuestas por boilies  troceados de The Source y Robin Red y pequeños pellets de hallibut que aportaron aceites atrayentes a nuestros cebos de forma precisa. Tuvimos que aumentar el tamaño de los anzuelos hasta el nº2, puesto que los pequeños anzuelos con los que empezamos a pescar, provocaron varias perdidas de peces debido a que en los momentos iniciales de lucha, nos veíamos obligados a forzar el pez para sacarlo de los arboles sumergidos.

 En las primeras 24 horas de pesca los resultados fueron escasos, con una tenca y una sola carpa de 8kg, consiguiendo en las últimas 8 horas de la sesión, todos los resultados positivos, ya que fue al final de nuestra jornada cuando por fin conseguimos meterlas en nuestros cebaderos.
Finalmente, conseguimos salvar las dificultades de pesca que nos imponía el río, terminando una jornada de pesca con nueve capturas que tenían una media de peso bastante decente.


Artículo realizado por: Eduardo Zancada
Podeis ver el video de la sesión en el enlace de Normark:http://www.normark.es/blog/carpfushing-en-rio/

ORELLANA Y SUS LINGOTES DE ORO PURO



En tierras extremeñas se esconde un destino para todo aquel carpista al que le gusten los retos, si bien, se trata de un embalse, cargado de grandes “bolos” puesto que nuestras alarmas se pueden sumir en la mayor de las tristezas durante  largas sesiones de pesca, se trata como todos bien saben, del embalse de Orellana.

 Con este inconveniente tan grande por delante, algo muy bueno tiene que esconder esa inmensa masa de agua, algo que recompense los esfuerzos, aventuras y desventuras vividas,  a donde viajan nuestros vecinos carpistas de casi toda Europa.  Son sencillamente sus lingotes de oro puro lo que dan respuesta a tal enigmática pregunta. Grandes carpas se esconden en sus aguas con libreas indescriptibles, poseedoras de una genética perfecta, en aguas de un embalse que contiene las claves que todo pescador de carpfishing busca: años de agua  embalsada, calidad de las aguas, alimento natural en abundancia, una buena genética y una población de predadores de un nivel suficiente como para poder evitar una superpoblación de ciprínidos. Si a todas estas claves le sumamos que nos encontramos ante una masa de agua muy extensa y que sus carpas son nómadas, tenemos un gran reto al que enfrentarnos.

PUESTO Y ESTRATEGIA DE PESCA

La zona escogida para esta sesión constaba de una orilla en desnivel progresivo que bajaba hasta los siete metros, con una plataforma a doscientos cincuenta metros de distancia que ascendía hasta los tres metros. El fondo se encontraba cubierto por un denso manto de algas que no superaba los doce centímetros de altura, un inconveniente al que tuvimos que adaptar nuestro montajes con snowman y pop-up simples. Los  montajes decisivos de la sesión fueron el D-right y hair sencillo con su respectivo termoretráctil que aportaba un ángulo óptimo de clavada a nuestros anzuelos. El objetivo era posar sobre el manto de algas nuestros montajes y para ello nos servimos de gusanos de pva y los respectivos pop-up, algo clave para esta situación, levantando los montajes varios centímetros del fondo, algo que mis compañeros Miguel y Carlos descubrieron y que que más tarde sería clave para la captura de peces.

LA SESION DE PESCA

Cuando llegué al puesto de pesca el lunes a media mañana, mis compañeros ya estaban situados. Carlos había optado por un extremo del puesto, teniendo a 30 metros a su derecha una plataforma flotante de algas que aportaba sombra, en donde más tarde obtendría capturas. Miguel se situó en el centro a escasos 15 metros de mi equipo, optando por pescar a 15 y 40 metros de la orilla, esperando que la nocturnidad le ofreciese alguna captura que fuese cazando cangrejos cerca de la orilla. Una de mis cañas decidí sacarla con la barca a unos doscientos metros de distancia, el objetivo era trabajar en equipo para lograr la localización de los peces, cubriendo así el abanico de posibilidades.

El gran inconveniente de la sesión fueron los famosos cangrejos de Orellana. Decidimos cebar  con un manto de partículas de maíz,trigo y cañamón que pudieran entretener a los cangrejos. De esta forma nuestros boilies durarían algo más, pero era insuficiente puesto que a las cuatro horas nuestros hairs se encontraban vacíos. Las partículas estaban acompañadas por dos tipos de boilies de Dynamite Baits, el Robin Red  y otro dulce, decantándonos por el  Chocolate Malt que fue el monstruo de la sesión de pesca y que me otorgó más tarde mi nuevo record personal de carpa común, quizás el pez de mi vida, el lingote de oro.
Tuvimos que añadir a nuestros boilies un seguro de vida, pequeños granos de maíz de goma remojados en los respectivos dips de Robin  y Chocolate, algo que nos garantizase que tras varias horas de espera siguiera habiendo algo sólido en nuestros montajes.


PRIMEROS RESULTADOS Y LOCALIZACION

Habían pasado más de 24 horas y Carlos obtuvo su primera captura, una bonita común de 10kg de peso que ofreció una dura batalla, seguida de una robusta tenca de 2,5kg. Las cosas marchaban pero no como hubiéramos querido, al fin y al cabo nos encontrábamos en Orellana y eso te hace acudir con una voluntad de hierro. Al amanecer, se empezaron a mover y pude observar como  había actividad a una distancia de 240 metros, así que tuvimos que salir en su busca, sacando las línea a golpe de remo a 250 metros.

 Según pasan los años en el carpfishing, algunos pescadores se van haciendo más prácticos, optando por el uso de picas o equipos más ligeros, intentando no llevar “la casa a cuestas” para sesiones de pesca de varios días. En mi caso, no es la primera vez que me quejo al pescar en sitios pequeños o medianos del excesivo tamaño y capacidad de linea que te aportan los Big Baitrunner de Shimano, o el uso de cañas de 3,5 libras, algunas veces innecesario. Pero fue esta sesión de pesca la que me aclaró las dudas, permitiéndome capturar quizás el pez de mi vida, cuando si hubiera usado carretes de menor porte, dudo mucho que lo hubiera podido conseguir.

Cebamos nuevamente en la nueva zona escogida, esta vez cortamos los boilies de Chocolate y Robin red para que los cangrejos tuvieran donde buscar, pero el cebado lo realizamos lozcalizado, caña por caña y con un perímetro de 1 metro en torno a nuestros montajes, añadiendo alguna malla de PVA compuesta por boilies bien molidos con el objetivo de que nuestro cebo reposase sobre un manto de partículas compuestas por el propio boilie del hair.
Los primeros resultados no tardaron en llegar y obtuve horas más tarde mi primera captura con una larga común de 11kg. Habíamos dado en la tecla y ahora solo quedaba esperar y seguir con la nueva estrategia. Carlos consiguió otra común con 12kg y Miguel pudo cobrar otra con 10kg, seguido de dos tencas de kilo y un bonito lucio que al recoger el montaje debió pensar que el boilie tenía aletas y ojos, algo inusual en el carpfishing, pero no es la primera vez que sucede.

EL MOMENTO ESPERADO

Mis boilies de Chocolate Malt empezaron a darme resultados y empezaron 3 horas de actividad en las que pude cobrar tres ejemplares de 11,5  12 y 13kg.
Teníamos la esperanza de ser recompensados con un ejemplar de porte. Soñábamos con una captura de 15 kg o una captura que marcase la diferencia con un peso de 18 kg. Los resultados se sucedían y todo podía ocurrir, un gran ejemplar de Orellana que dejase huella en nuestra sesión de pesca, siempre tienes esa ilusión que te hace volver, es lo que tiene el carpfishing, lo que no esperábamos fue lo que sucedió a continuación.

Uno de mis tensores saltó bruscamente, seguido de una larga carrera que terminé frenando con una fuerte clavada, puesto que pescando a tales distancias hay que actuar en consecuencia con el  margen de distancia y elasticidad. Después de varios metros de linea en su primera carrera y que no pude frenar me tocaba mi turno. En el primer bombeo le dije a Miguel que se trataba de una buena pieza, en el segundo también y al tercero no la pude mover, si, no la pude mover. Se dirigía directa al único árbol sumergido que había en 30 metros a la redonda y me había sacado suficiente línea como para que no me diese tiempo a recuperar línea y salvarla del obstáculo, produciéndose el enganche y metiéndose de cabeza en dicho árbol. Después de esperar unos 10 minutos con la línea en tensión y ver que no salia del árbol me subí a la barca con Miguel, sin esperanza alguna e imaginándome que al llegar me encontraría el montaje enganchado en una rama, como suele pasar.

Llegamos al árbol y a los diez metros sentí que allí no había vida, mi montaje seguramente se encontraba vacío y enredado dentro del árbol, forcé la caña. De pronto sentí como el extremo de la línea se desenganchaba y allí estaba, subió a la superficie y mostró su gran lomo, una carpa común de Orellana que no tendría menos de 20kg de peso, preciosa, enorme, podría ser el pez de mi vida. La adrenalina como podréis imaginaros se podía comer, hasta tal punto que me temblaban las piernas.
Miguel intentó ensalabrarla con un movimiento rápido y “zas” la sacadera se rompe, quedando flotando la horquilla de ésta que Miguel pudo recuperar.

Allí estábamos, pegados a un gran árbol sumergido, a 250 metros de la orilla, con la barca que se podía pinchar en cualquier momento con las ramas que asomaban en superficie, con la sacadera partida y yo con un pepinazo al otro lado de la línea que no hacía más que pedirme hilo. Fue cuestión de segundos y parece que reaccionamos correctamente. Miguel se alejó rápidamente de aquel árbol con la barca sin dejar de remar y a mi no me quedaba otra que forzar el pez de forma desproporcionada, sabía que prácticamente era imposible salvar ese pez. Después de muchos minutos de lucha, un enganche  del que se había desprendido aquel carpón y lo que estaba forzando la Shimano Catana, seguramente terminaría en fracaso. Veinte minutos más de batalla, pedía linea y se la tenía que dar, recuperaba y otra vez a dar linea. Poco a poco y gracias a mi compañero de pesca que hizo de remero implacable, fuimos apartándonos de aquel árbol y llevándola a pantano abierto. Después de unos minutos más de aquella batalla épica, yo medio tumbado en un extremo de la barca y Miguel con la horquilla de la sacadera en la mano, conseguimos ensalabrarla, se trataba de una carpa común que dio en la báscula 27kg de peso, un auténtico “Toro ibérico” con una constitución perfecta, muy larga, proporcionada de cabeza y cuerpo, con una  enorme cola y una boca en donde casi cabía la mano.


Después de contemplarla los tres juntos con cara de asombro y pensando que igual no volvíamos a ver un carpón de ese tamaño en la vida, hicimos unas fotos y la devolvimos a su medio. Terminamos una memorable sesión de pesca de varios días que nos dejaría marcados para siempre, habiendo disfrutado de aquel mar de agua dulce y como no, de  sus lingotes de oro puro.

En el mundo del carpfishing suele ocurrir que se persigue el sueño de todo carpista, a pesar de disfrutar de todas las capturas, sus pesos, las batallas y las distintas situaciones de pesca que aportan variedad de satisfacciones, soñamos con la gran pieza perfecta, la carpa de nuestra vida, el record de los records. No será la primera vez que me planteo la pregunta de ¿qué sucedería si pescases un carpon que fuese el pez de tu vida? ¿Qué aliciente podría quedarte después ya que sería muy improbable superar ese peso conseguido?.
 Según Zygmunt Bauman, el arte de la felicidad consiste en que la búsqueda de la propia felicidad nunca se acabe, puesto que su fin equivaldría al fin de la propia felicidad. Al no ser alcanzable el estado de felicidad estable, sólo la persecución de este objetivo porfiadamente huidizo puede mantener felices a los corredores que la persiguen.

Podeis ver el video en el siguiente enlace de Normark: http://www.normark.es/blog/orellana-y-sus-lingotes-de-oro-puro/

Artículo realizado por: Eduardo Zancada