NUNCA MÁS
Rondaba el año 1993, por aquel entonces tenía once años y recuerdo que me daban mil pesetillas mensuales, las cuales invertía entre veletas, plomos y algunos anzuelos, no daban para mucho pero era lo que había. Fue en Agosto de ese mismo año cuando decidí gastarme (no sin gran esfuerzo), la mitad de mi paga en mi primera revista de pesca.
Rondaba el año 1993, por aquel entonces tenía once años y recuerdo que me daban mil pesetillas mensuales, las cuales invertía entre veletas, plomos y algunos anzuelos, no daban para mucho pero era lo que había. Fue en Agosto de ese mismo año cuando decidí gastarme (no sin gran esfuerzo), la mitad de mi paga en mi primera revista de pesca.
La mente humana es limitada y volver a leer un artículo, nos puede ayudar a recordar algunas pautas olvidadas, que a la hora de usarlas en la orilla del pantano, pueden dar con la diferencia de volver a casa con una sonrisa o con un bolo.
Hace poco mientras ojeaba algunas de las mas antiguas, veía con cierta melancolía la cantidad de grandes peces que se sacaban en aguas de nuestros embalses y ríos, teniendo como fin el ser exhibidos a las puertas de un bar, una plaza o en una casa en compañía de un grupo de personas. Aquellos afortunados pescadores, que posaban orgullosos con sus extraordinarias capturas, ignoraban que la muerte de esos peces, daría al traste con centenares de generaciones futuras. Esos pescadores anónimos, egoístamente acabaron con la posibilidad de que sus futuros hijos, sobrinos o nietos pudieran disfrutar igualmente de una captura de excepción en un tiempo futuro.
El alma se me entristece cuando veo decenas de fotos que eran enviadas por pescadores de toda España, a la galería de las revistas. La cantidad de grandes lucios Entrepeña, Buendía, Vicario, río Tormes y Esla que murieron a manos de sus captores, o las enormes carpas de Santillana, Orellana y barbos del Guadiana muertos en un salón.
Por poner un ejemplo, el río Manzanares a su paso por el pueblo que lleva su mismo nombre, tiene antes de desembocar en el Embalse de Santillana un pequeño muro que corta el río, con una altura de no mas de dos metros, todavía no he visto ningún lucio capaz de saltarlo para poder comerse las truchas que viven río arriba .¿No podrían tomar medidas parecidas en las cuencas del Norte?, la cantidad de gente que pagaría por poder pescar los lucios que sobran en los ríos trucheros de León y tentarlos en el Manzanares. (Seguro que más de uno piensa lo mismo que yo).
¿Y que pasará cuando no queden ni especies alóctonas ni autóctonas? Pretenden repoblar con truchas comunes de diez kilos a falta de lucios y blases, con tencas de quince kilos a falta de grandes carpas. ¿Abran pensado en la cantidad de dinero, que se invierte anualmente en material de pesca de según ellos especies alóctonas? ¿O las familias que viven de ello?
TODO LO SOLUCIONAMOS MATANDO Y EXTERMINANDO
Me gustaría volver atrás y utilizar estas líneas que se me ofrecen, para agradecer a aquellos autores que escribían sus artículos en esas revistas pasadas, donde aparte de hablar de pesca se enseñaban valores como la conservación del medio ambiente, el trato al animal o el mantenimiento de las cuencas fluviales. Gracias Sres. M. Bernardino, M. De Mingo, J.Eggers, P.Weigan y demás autores que contribuyeron en aquella causa. Gracias por enseñarnos una forma de vida diferente, donde la foto de peces muertos nunca llenarán nuestros álbumes de pesca.
Yo por mi parte continuo con vuestras enseñanzas, por que gracias a ellas, me gustaría creer que hoy estoy recibiendo lo que un día devolví a sus aguas.
Articulo realizado por: MIGUEL GARCIA BAEZ
Impresionantes fotos..,muy buena entrada.
ResponderEliminarUn saludo! ;)
gran articulo compañeros. Un saludo.
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